Esta semana un buen amigo nos escribió contándonos que por fin, daría el Gran Salto. Trabaja en un negocio familiar desde hace muchos años, y aunque no era el empleo que había soñado, las ataduras y compromisos le hacían resignarse y continuar en esa ocupación.
Pero le gusta muchísimo su hobby, y lo que comenzó siendo solo una divertida afición, se ha convertido en su pasión, a parte que tiene un talento extraordinario para ello. En su cabeza siempre estaba la idea de poder dedicarse a esta actividad de forma profesional, pero tras hacer cábalas, volvía a desistir en el que podría ser su gran sueño.
La monotonía y el día a día tapan y camuflan nuestros sueños interiores, y terminamos ignorándolos. Pero ay! amigos, en nuestro camino aparecen señales y sucesos que vuelven a desempolvar ese sueño arrugado en nuestra mente, y de nuevo al pensarlo, lo revivimos y vibramos de forma diferente, ilusionados y felices.
La capacidad de conectarnos con nuestras propias ilusiones y lo que la vida intenta decirnos a diario, depende de cada persona; y creedme nuestro buen amigo tiene una luz especial, que todo el que lo conoce se contagia de ella. De hecho no nos extrañó que por fin vaya a dar el Gran Salto, y ponerse manos a la obra con su sueño, porque nadie mejor que él para entender lo que el universo espera de él.
Otro amigo también dio hace años su Gran Salto y se marchó a emprender su propio negocio en China, y tras varios años volvió, tal vez no con los bolsillos repletos de monedas, pero estoy segura que con una mochila en su espalda atestada de vivencias, experiencias y sabiduría que no habría dinero para pagarlas; y esto, habrá sido sin duda, la mayor ganancia que nunca podría haber conseguido, (¡cuánto habría perdido!), si no se hubiera decidió a dar el Gran Salto que dio, y si pensativo y taciturno se hubiera quedado en puerto español.
Porque no se trata de conseguir la riqueza, o reconocimiento, o ... se trata de conectarte con ese sueño que está ahí en tu cabecita, y que solo pensarlo ya te remueves en tu silla. Y al tomar la decisión algo extraordinario se mueve dentro de ti, y el iniciar el principio de tu sueño, y el decir, "¡Oye que lo estoy haciendo!" es la mayor felicidad que se puede tener, y eso es perseguir tus sueños.
Recordad: cuando nos quede solo un atisbo de vida, y estemos ante nuestro último suspiro, no contaremos cuánto dinero ganamos con aquello o cuánto costó lo otro. Al recordar aquel Gran Salto que dimos lo único que volveremos a sentir será de nuevo esa ilusión, y nos agradeceremos a nosotros mismos por haber sido capaces de intentarlo, y sonreiremos al final.
Sino, pensaremos que daríamos todo por volver a atrás y poder entonces cumplir ese sueño deseado que se quedó perdido entre los años de nuestra vida,... aunque tal vez, ya sea demasiado tarde...
Espero que disfruteis de este trocito de película, son apenas 6 minutos, pero creo que el mensaje y el espiritu os gustara.
besos amigos, gracias por acompañarme cada semana.
Una de las claves para tener calidad de vida y alcanzar tus metas y sueños es dejar de hacer lo conveniente para empezar a hacer lo correcto que dicta tu corazon
ResponderEliminarMuchas gracias Esther, me he emocionado al leer lo que pones sobre ese amigo tuyo ...
ResponderEliminarHay una cita de Borges que dice:
"Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevan mucho pero, no habrá quien no deje nada. Esta es la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad."
El día que por causalidad me cruce contigo y con Miguel, yo salí ganando, me llevé y me estoy llevando mucho más de lo que yo pueda haber dado.
Como os comenté empiezo a explorar un nuevo camino, sin abandonar el conocido, con ilusión y sin presiones, eso da tranquilidad, hasta donde voy a llegar, lo desconozco, me dejaré llevar ...
He soñado con esa foto que te propuse ...
Un fuerte abrazo para ti y Miguel.